martes, 12 de febrero de 2013

MOVIMIENTO ANDALUZ DE LA IZQUIERDA SOBERANISTA. MANIFIESTO FUNDACIONAL DEL MAIS



ANDALUCÍA, UNA NACIÓN OPRIMIDA

Andalucía constituye una nación, es decir, una comunidad humana, el pueblo andaluz, que se ha ido desarrollando y diferenciando a lo largo de la Historia sobre un territorio específico, nuestra tierra, y que presenta toda una serie de características singulares en sus diversos aspectos vitales: cultural, lingüístico, social, político, económico, etc.


La Andalucía contemporánea se ha venido desarrollando históricamente desde la conquista de Al Ándalus por parte de los reinos del Norte de la Península Ibérica y de la ocupación por el castellano, como un pueblo oprimido y una nación colonizada, un país del que potencias extranjeras se han servido y aprovechado dejando a Andalucía y los andaluces en el subdesarrollo forzoso y la dependencia política. Esta situación de subdesarrollo y dependencia se agravó aún más con la introducción del modo de producción capitalista en los restos del Imperio, ya reconvertido en el Estado Español durante el siglo XIX, quedando Andalucía en una situación de mayor marginalidad si cabe, con una gran burguesía terrateniente, esencialmente foránea, que debido a sus características coloniales e intereses agrarios impidió sistemáticamente el desarrollo económico y social andaluz, facilitándolo en otros lugares del Estado Español.


En la división de funciones adjudicadas a los territorios bajo el yugo del nuevo Estado, expresión geopolítica del imperialismo capitalista, a unos países reducidos a regiones administrativas, a Andalucía le asignan el papel de colonia interior asentado sobre una economía primaria extractiva y sobre el latifundismo, limitado a proporcionar materias primas y mano de obra barata. En este contexto, la falta de industrialización y los altos índices de paro son estructurales, ideados e inducidos por el Sistema como parte de esta conformación subsidiaria. Por ello, el pueblo trabajador andaluz está sometido a una doble opresión. A la explotación capitalista por burgueses, monopolios y oligarcas, se suma el colonialismo interno que deforma su economía y nos convierte en meros suministradores de obreros, servicios, turismo y productos agrarios baratos para otras zonas del Estado y Europa. En el caso de la mujer a una triple, sumando la patriarcal.


Ni que decir tiene que al expolio económico le siguió un expolio cultural e identitario que trajo consigo la total manipulación de las señas de identidad andaluzas, siendo presentadas, tras remodelarlas, como la “esencia de la españolidad” por el gran capital español, para amparar y justificar la existencia de éste falso Estado-nación, dotándole de un supuesto común étnico-cultural y, por otro lado, para facilitar esta relación opresiva y explotadora centro-periferia, por lo que desde el Estado se ridiculiza sin piedad, se vacía de contenido y tergiversa la cultura andaluza, así como su modalidad lingüística, para infundir sentimientos de inferioridad que contribuyan al sometimiento.

LA LIBERTAD, DERECHO Y NECESIDAD POPULAR


Hoy, en un contexto de profunda crisis del modo producción capitalista, un país como Andalucía se ve aún más desprotegido ente las decisiones de los grandes centros de poder internacionales, de las decisiones de grandes multinacionales y de los Estados imperialistas debido a la carencia de poder para decidir. Por ello, las consecuencias de esta crisis para un país como Andalucía son aún más graves, como así lo demuestran todas las estadísticas que consultemos. Ante esto, la clase obrera y el conjunto de sectores populares andaluces trabajadores se han de defender. Pero para hacerlo han de poseer capacidad política y jurídica que lo posibilite. Recuperar y utilizar su derecho a la soberanía nacional, a disponer de su tierra, sus riquezas, su trabajo y su cultura, creando instituciones libres y soberanas propias, verdaderamente democráticas y capaces de estar a su exclusivo servicio y de satisfacer todas sus necesidades.


Como toda nación y pueblo, Andalucía y el pueblo andaluz poseen derecho a detentar y ejercer su libertad, su soberanía nacional y popular. Esta soberanía no se concede o se elige, nos pertenece por derecho propio. Pero en nuestro caso, la lucha por nuestra soberanía no es sólo una cuestión de principios y libertades, sino una necesidad social y económica prioritaria. Sólo con la construcción de un poder soberano andaluz al servicio del conjunto del Pueblo Trabajador Andaluz podremos hacer frente con éxito a la crisis del capitalismo. Sólo creando las bases de un modo de producción en que lo común y lo colectivo estén por encima de intereses explotadores e individuales, asegurando que cada ser humano pueda existir y desarrollarse libremente, podremos asegurarle al Pueblo Trabajador Andaluz el futuro de paz, justicia y libertad que se merece. Liberación nacional y social forman parte del mismo combate emancipador. 


Frente a aquellas teorías ilusorias que aspiran a una “revolución simultánea” en todo el planeta, defendemos que el verdadero internacionalismo consiste en empezar la revolución en tu propia tierra, en el entorno de tu propia realidad. Sabemos, además, que la liberación nacional es un requisito previo imprescindible para emprender la liberación social, la edificación de una sociedad socialista y de una democracia popular. La lucha de liberación nacional, desde parámetros revolucionarios, no excluye sino que incluye la solidaridad y el internacionalismo de clase y entre pueblos. Sólo desde un poder obrero y popular soberano andaluz podremos contribuir a una nueva realidad internacional en la que pueblos y trabajadores del mundo podamos convivir en paz y hermandad, en la unidad y el apoyo mutuo desde la libertad, haciendo realidad nuestro himno: “Sea por Andalucía libre, los pueblos y la Humanidad”.

LA SOBERANÍA COMO ALTERNATIVA REVOLUCIONARIA


En mitad de esta situación, destaca la existencia de una izquierda desarticulada y acomplejada, incapaz de ver más allá de las instituciones del Sistema. De denunciar sin ambigüedades al régimen y a sus instrumentos del poder continuista, españolista y capitalista. Que carece de programa propio y está a rémora de la falsa “izquierda” del régimen; el PSOE, IU, CC. OO. y UGT. Incapaz de actuar de una forma autónoma y coherente con respecto a ella y al propio Sistema. El electoralismo barato, que lleva a la izquierda “alternativa” a presentarse a cuanto proceso electoral coloca delante de sus ojos el régimen, es sólo otra manifestación de la falta de independencia política de dicha izquierda, incapaz de diseñar un calendario político propio. De ser vanguardia, en lugar de “cola crítica” y meros teloneros de la pseudo “izquierda” colaboracionista.


También la de un nacionalismo andaluz igualmente deslavazado y acobardado, que no ha sabido superar las bases regionalistas, españolistas e interclasistas insufladas por ese falso “andalucismo” representado por el PA y todos aquellos que han traicionado a Blas Infante, arrebatándole a su ideario lo que contiene de libertador y revolucionario, transformándolo en un sucedáneo inicuo asumible por el régimen, que se adapta a los  intereses del sistema y se convierte en otro instrumento para mantener la alienación identitaria, la explotación económica, la subordinación política y la opresión nacional de nuestro pueblo. Ese “andalucismo” que en lugar de luchar por el reconocimiento nacional de Andalucía acepta un “marco constitucional” que lo excluye y lo imposibilita. Que en lugar de combatir por recuperar la soberanía andaluza acata un Estado que se la apropia y se la impide. Que en lugar de propugnar y propagar el ejercicio de su autogobierno por los andaluces defiende una “autonomía” que lo niega, sustituyéndolo por una mera concesión de delegación de ejecución de competencias del Estado.


Mientras la Junta de la Dependencia de Andalucía, gobernada por la coalición PSOE IU, fieles a sus amos españoles y burgueses, recorta sin cesar derechos que tanta sangre costaron obtener al pueblo trabajador andaluz, la izquierda y el nacionalismo domesticados echan la culpa al gobierno central del PP. Con la excusa de “sumar fuerzas”, “no ser sectarios” y “la excepcionalidad del momento”, comparten pancarta y manifestación “anti-recorte” y “alternativas”, con los mismos partidos que igualmente recortan desde la Junta, y con los mismos sindicatos que los apoyan y forman parte del poder. Con esos mismos políticos que firmaron la congelación de las pensiones que perciben los obreros de los distintos pueblos de este Estado impuesto tras toda una vida dedicada al trabajo, entre otras muchas imperdonables traiciones. Con esos mismos sindicalistas que llevan décadas colaborando en la destrucción de empleos, disminuciones de salarios y restricciones en derechos laborales y sociales.


Esa izquierda y ese andalucismo inconsecuentes, apoyos del régimen y sus teloneros que, como IU y el PA, en lugar de defender la reconstrucción nacional andaluza y el autogobierno que exigía nuestro pueblo el 4-D, apoya una Constitución continuista y un Estatuto de Autonomía que sólo es descentralización administrativa. Que mantiene nuestra dependencia nacional, la alienación social y la explotación popular. Esos que ahora se parapetan en la queja de que los recortes “vengan impuestos” por Madrid, el FMI o Maastrich, para justificar su entreguismo y subordinación al Sistema, es la misma izquierda y el mismo andalucismo que, como ciertos movimientos sociales, han abandonando el verdadero internacionalismo y el socialismo, defendiendo el proyecto capitalista del “Estado del bienestar”, a pesar de que dicho “bienestar” fuera edificado gracias al excedente obtenido por el imperialismo con el saqueo del “Tercer Mundo”, y que sólo es sostenible sobre la base de la continuidad del saqueo. Un “bienestar” que se ideó y mantuvo, no como vía de igualación o justicia social, sino como espejismo que impidiese un avance hacia el socialismo. Un reparto de migajas, apariencias de democracia y equidad, que ya no le son necesarias al Capital tras la “caída del muro”.


Esa misma izquierda y nacionalismo inconsecuentes que, como algunos de esos auto-denominados como “anticapitalistas” y “antiimperialistas”, aplaudieron las invasiones de la OTAN en los territorios del Estado Yugoslavo o el Libio, y ahora la agresión genocida contra el Sirio o la ocupación de Azawad, acatando servilmente las versiones del sistema que las disfraza de “revoluciones populares” o de “luchas antiterroristas”. Esos que creen que la lucha contra el imperialismo se reduce a pasear una vez al año hasta las inmediaciones de las Bases. Esos que, al igual que ciertos movimientos sociales, han abandonado el auténtico internacionalismo y la solidaridad entre pueblos y se han transformado en altavoces propagandistas de los argumentos imperialistas.


Frente a estas izquierdas y nacionalismos colaboracionistas y entreguistas, se impone la necesidad de una izquierda andaluza, coherentemente rupturista con el régimen, su marco político, social y económico, sus instituciones y organizaciones sustentadoras. Que niegue sus bases: democracia representativa, autonomía, libre mercado y estado del bienestar; contraproponiéndoles democracia directa, soberanía, socialismo y poder popular, y combata al Sistema levantando la bandera de la liberación nacional y social.

LA INDEPENDENCIA Y EL SOCIALISMO COMO METAS


Pese a todo lo expuesto, sigue sin existir un referente político en Andalucía, que por su carácter amplio, unitario, soberanista, de clase, extra-institucionalista y popular, sea capaz de generar un contrapoder popular andaluz, que enfrente con éxito al Estado Español en la perspectiva de construir una vía andaluza hacia el socialismo. Como consecuencia, surge la necesidad de aunar fuerzas y esfuerzos en esta dirección. De ahí que nosotros; obreros/as, parados/as, estudiantes de clase trabajadora, andaluzas y andaluces conscientes y de conciencia, anticapitalistas sin complejos, militantes de organizaciones políticas e independientes, revolucionarios sin cortapisas, constituimos este movimiento común para rellenar ese vacío organizativo existente en Andalucía.


En contraposición a izquierdas y andalucismos que amparan, justifican y forman parte del régimen, con sus políticas institucionalistas y su actividad institucionalizada, que contribuyen al mantenimiento de la subordinación y adormecimiento popular, militantes de diferentes organizaciones e independientes no organizados hemos decidido crear este frente de unidad de acción estructurada, para edificar un bloque político unitario, coherentemente andaluz y anticapitalista, radicalmente soberanista y revolucionario, transformador de la realidad de nuestra tierra, con vocación de contribuir mediante él a la construcción de un poder popular andaluz, al margen y contra las instituciones del Estado Español y la burguesía, y cuyas únicas metas sean alcanzar la independencia nacional y social, sentando las bases de una revolución socialista en nuestro país.


Contra el reformismo y el españolismo, contra los partidos y sindicatos vendidos. Por una izquierda andaluza revolucionaria: soberanista, anticapitalista, antiimperialista y antipatriarcal. Que luche por una República Andaluza al servicio del pueblo trabajador andaluz. Por la liberación nacional y social, construyendo un poder andaluz de carácter popular, soberano y socialista, acabando con  el marco  estatal y  constitucional actual; su “autonomía” e instituciones burguesas “representativas”, con el sistema capitalista y las políticas imperialistas, abandonando la Unión Europea, el Euro y la OTAN.


Como andaluces y como revolucionarios, nos levantamos por la tierra y por la libertad, como nos reclamaba Blas Infante. Vengaremos siglos de opresión contra el pueblo trabajador andaluz, y no cejaremos hasta lograr destruir las cadenas de la esclavitud española y capitalista que imposibilitan la existencia de una  Andalucía libre. Con estos fines se ha funda el Movimiento Andaluz de la Izquierda Soberanista, con la misión de dinamizar políticamente un amplio movimiento popular que luche consecuentemente por estos objetivos.



FINES Y ESTRATEGIAS DEL MAIS

FINES

El Movimiento Andaluz de la Izquierda Soberanista (MAIS), se propone, como fines últimos, hacer realidad una Andalucía independiente y socialista. La plena liberación nacional y social del Pueblo Trabajador Andaluz.  Estos fines se concretizarán mediante las siguientes metas:


1º) La Superación del marco político, jurídico y constitucional actual. Lograr en Andalucía una ruptura democrática global con el régimen continuista, postfranquista, españolista y capitalista actual; su Estado, constitución, autonomismo e instituciones administrativas.


2º) La instauración de un periodo transitorio y constituyente propio en nuestro país, que incluya el previo reconocimiento de Andalucía como nación y de los andaluces como pueblo, con la consiguiente restitución de nuestra soberanía nacional y popular, de una forma completa, inmediata e incondicional. Que conlleve la institucionalización de nuestro  derecho a decidir, del derecho de autodeterminación permanente del pueblo trabajador andaluz.


3º) Lograr que el proceso culmine con la proclamación de una República Andaluza. Una república libre y soberana, de características democrático-populares, que instaure un poder popular andaluz efectivo mediante prácticas de democracia horizontalista y directa, y que asegure a través de la misma la preeminencia de los intereses sociales colectivos  sobre los particulares, así como una plena capacidad popular de decisión y de control sobre la totalidad de las estructuras políticas y administrativas del país.


4º) La edificación en dicha República Andaluza de una economía socialista, destinada y supeditada a cumplimentar las necesidades sociales y colectivas, y no al consumismo o al lucro personal, mediante la planificación popular de sus líneas maestras, así como de la nacionalización de la tierra y de las aguas, de los recursos naturales (agrícolas, ganaderos, piscícolas, mineros, fluviales. etc.), de los industriales, energéticos, comerciales, constructores, de locomoción, financieros, bancarios, etc. De todos aquellos necesarios para asegurarle una existencia digna, equitativa, igualitaria y libre al Pueblo Trabajador Andaluz.


5º) La práctica efectiva y cotidianizada por dicha la República Andaluza de la solidaridad y el internacionalismo entre los pueblos trabajadores, apoyando con todos los medios a su alcance las luchas soberanistas, antiimperialistas, anticapitalistas y antipatriarcales en el resto del Planeta. Impulsando la creación de estructuras internacionales estables de apoyo muto e interrelación global, tanto políticas, como sociales, económicas y culturales.


ESTRATEGIAS


Para ir creando las condiciones que hagan posible alcanzar las metas propuestas e ir, a un tiempo, aumentando el nivel de concienciación y de lucha popular, nos proponemos:


1º) La construcción de un gran bloque socio-político amplio, que asuma la necesidad de rebasar el marco legal constitucional y autonómico. Que reclame, conciencie y trabaje por la recuperación de la soberanía nacional y popular del Pueblo Trabajador Andaluz, como tarea prioritaria para poder superar las distintas problemáticas sociales y económicas.


2º) Denunciar sin cortapisas a todos aquellos colectivos y estructuras de poder burgués y español, que disfrazadas de organismos y organizaciones “andaluzas”, de “izquierdas”, “obreras” o de “revolucionarias”, solo sirven a los intereses del gran capital español y al mantenimiento de la dependencia y la alienación de nuestro pueblo, estando marcados por el mismo españolismo, el mismo reformismo, el mismo social-fascismo cómplice y la misma traición andaluza y de clase del PA, el PSOE, IU, el PCE, etc. Combatir toda idea o proyecto de “unidad andalucista” interclasista o de “unidad de la izquierda” entre estas falsas “izquierdas” con la auténtica izquierda andaluza; la soberanista y revolucionaria.


3º) Impulsar al Sindicato Andaluz de Trabajadores/as, para que llegue a convertirse en la gran central untaría de la clase obrera andaluza, así como fortalecer el sindicalismo revolucionario, asambleario, de base y opuesto a la burocracia sindical entreguista, vertical y amarilla, de estructuras sindicales al servicio del poder burgués, como CC. OO., UGT o CSIF, mediante la defensa y la construcción de un bloque sindical alternativo que suponga y conlleve la unidad de acción en la lucha del sindicalismo de clase andaluz, y combatiendo cualquier idea o intento de “unidad sindical” o de actuación, entre el SAT y/o el resto del sindicalismo de clase y los del régimen: “mayoritarios”, “independientes” y “profesionales”.


4º) Reforzar y promover la conciencia nacional andaluza, rescatando nuestra identidad frente a toda usurpación cultural por parte del imperialismo español, como el medio para impulsar la concienciación colectiva  popular, a través de la potenciación de un gran bloque asociativo cultural, identitario y de recuperación de nuestra memoria histórica, conformado mediante la coordinación  de los centros andaluces, ateneos populares y otros colectivos similares, así como del impulso de medios de contrainformación andaluza y revolucionaria.


5º) Generar poder popular andaluz, auto-organización obrera y tejido social autónomo, con una línea de actuación en las poblaciones, barrios y puestos de trabajo, que impulse tanto el protagonismo popular y obrero como su activación política, defendiendo la acción y la democracia directa, haciendo con ello que las clases populares peleen, por y para ellas, al margen de “representantes” sustituidores y contra las instituciones del régimen, concebidos como métodos de concienciación y confrontación anticapitalistas y antiestatalistas.


6º) Fortalecer la autodefensa popular, frente a la constante represión y los montajes del Estado fascista español contra todos aquellos militantes o luchadores sociales que ponen en cuestión el engranaje institucional heredero y continuador del régimen fascista, mediante la concienciación popular y el impulso de coordinadoras antirepresivas. Luchar asimismo por la libertad de todos los presos políticos y represaliados del sistema imperialista y capitalista, no solamente andaluces, sino del resto de pueblos del mundo.


7º) Impulsar estrategias que conlleven rebasar los límites impuestos por el capitalismo, incitando a la autogestión y el activismo socioeconómico popular y obrero: promoviendo la ocupación de fincas, fábricas  y edificios, la detención de desahucios, la expropiación de medios y recursos, el cooperativismo económico-social, la autosolidaridad para solucionar carencias y necesidades inmediatas, y cualquier otra experiencia alternativa al Sistema.


8º) defender la propagación de un ecologismo andaluz y anticapitalista, que parta de la subordinación de uso del territorio: de la tierra, el subsuelo, el litoral y las aguas del país, al interés comunitario. Propugnar un desarrollo compatible con la conservación, la protección y la regeneración del medio ambiente y las especies autóctonas, así como de la utilización de materiales y formas de explotación no agresivas con el medio ni los seres humanos. Lograr una Andalucía sin energía atómica; que no la cree, utilice o almacene sus residuos.


9º) Luchar por acabar con la sociedad patriarcal, machista y sexista impuesta a Andalucía, erradicando cualquier tipología y combatiendo toda formulación de discriminación por razón de género u opción sexual. Potenciando movimientos auto-organizados feministas y LGTBI de liberación, desde parámetros antisistema y dentro de marcos andaluces.


10º) Erradicar el fascismo, el racismo, la xenofobia y el españolismo en Andalucía, desde la conciencia internacionalista y de clase de que trabajador andaluz es todo aquel que vive y trabaja en Andalucía, independientemente de su lugar de origen y procedencia, así como de su documentación. Defender y concienciar de la equivalencia de todas estas filosofías reaccionarias y de la necesidad de confluencia y coordinación en un mismo movimiento y una misma lucha del activismo antifascista, antirracista y antiespeñolista de nuestro país.


11º) Pelear por una Andalucía de paz, desmilitarizada y desnuclearizada, defendiendo la eliminación de la presencia de ejércitos y armamento militar del país, y el desmantelamiento de las bases militares del imperialismo otánico en suelo andaluz, para no padecer ni ser cómplices de la ocupación, explotación, saqueo y agresiones a otros pueblos o al nuestro, impulsando la lucha contra las bases extrajeras: españolas, estadounidenses y británicas impuestas, y por su desaparición, a través de plataformas antimilitaristas y anti-bases.


12º) Solidarizarnos sin complejos con los gobiernos revolucionarios o antiimperialistas existentes. Denunciar cualquier supuesta “revolución”, “democratización” o “primavera” promovida por el imperialismo contra los pueblos trabajadores, como ha sucedido en Libia, Siria o Irán, impulsando plataformas antiimperialistas y anticolonialistas.


13º) La defensa del derecho de todos los pueblos y de todas las naciones del mundo a la plena posesión y el libre ejercicio de sus soberanías e independencias, mostrando nuestra oposición a su ocupación, pertenencia a un estado impuesto, colonización y explotación de sus recursos por terceros, así como a la negación de sus derechos a la autodeterminación.


¡Viva el Pueblo Trabajador Andaluz!

¡Viva Andalucía libre y socialista!

¡Viva el Movimiento Andaluz de la Izquierda Soberanista!

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