Este 10 de agosto conmemoramos el 81º aniversario del asesinato de Blas Infante por el nacionalismo español. El asesinato del denominado Padre de la Patria Andaluza así como el de otros andalucistas revolucionarios fue motivado por su coherencia nacionalista y revolucionaria. Por su defensa inquebrantable de nuestro país, el Pueblo Trabajador Andaluz y la clase obrera. Algo que la burguesía latifundista andaluza y el resto de las clases dominantes del Estado español no podían perdonar. Esa es una verdad que el Régimen del 78, a pesar de sus ingentes esfuerzos, no puede esconder. Uno de los últimos actos en que participó fue la presentación pública del Himno Nacional. En cierta manera su testamento político. En él transcribió su alternativa para transformar nuestra realidad. Ese: “Andaluces levantaos, pedid tierra y libertad”, propugna una insurrección popular por la tierra, sinónimo de la patria, de sus riquezas y los medios de vida, así como por la libertad colectiva, sinónimo de la plena recuperación de la soberanía, de la independencia.
Para la militancia de Nación Andaluza la lucha por la independencia nacional y popular andaluza -en el actual marco del Estado español y del mundo regidos por el imperialismo y la doctrina capitalista neoliberal- no es sólo una cuestión de principios: es la única vía posible para lograr la transformación de la realidad andaluza y en beneficio de las clases populares. Si de algo nos ha servido esta década de crisis económica impuesta por los capitalistas es para comprobar día a día en todos los órdenes de nuestra existencia, como andaluces/zas y como trabajadores/as, las consecuencias de que el Pueblo Trabajador Andaluz no sea el dueño de su tierra ni de su libertad. Lo ocurrido en el panorama político en los últimos años nos recuerda la necesidad de que el Pueblo Trabajador Andaluz deje de ser gobernado para gobernarse a si mismo y vuelve a convertir en actuales las reflexiones de Blas Infante: “he visto entregada esta tierra a aventureros de la política, a advenedizos que hacen de ella asiento de su cretina vanidad y base de su mezquino interés”.
No ha habido una España en la que Andalucía no haya estado sometida a condiciones de expolio económico, dependencia política y alienación cultural, porque España necesita para su propia existencia una Andalucía así. Tampoco es posible -tal y como afirma un autodenominado “soberanismo” partidario de integrarse en proyectos estatalistas- liberar Andalucía dependiendo de las partidos y estructuras estatales. Es decir apostar por reformar España para luego liberar Andalucía. Tras esta estrategia integracionista -tan antigua como el propio andalucismo- se esconde un pacto implícito con la oligarquía que sólo puede conducir al suicidio político de aquell@s que la formulan. El nacionalismo andaluz sólo tiene dos vías: o es abiertamente revolucionario, independentista, socialista y feminista o es una forma de regionalismo más o menos renovado.
Ahora más que nunca es imprescindible aglutinar a toda la izquierda independentista y soberanista andaluza bajo un proyecto liberador que se encamine decididamente hacia la liberación de Andalucía y su Pueblo Trabajador sin atajos y sin pasos intermedios. Ahora más que nunca es esencial reivindicar el pensamiento independentista y anticapitalista de Blas Infante sacudiéndonos los tópicos y las visiones manipuladas que el Régimen del 78 proyecta. Por todo ello animamos a nuestra militancia y simpatizantes a acudir mañana 10 de agosto al homenaje que realizamos junto con otras organizaciones en Sevilla a partir de las 20 horas para demostrar que con nuestra lucha mantenemos con vida la la aspiración a una Andalucía libre que quisieron matar asesinando a Blas Infante.
¡Viva Blas Infante!
¡Viva Andalucía independiente y el socialista!
En Andalucía, a 9 de agosto de 2017.
Permanente de la C.N. de Nación Andaluza.
Permanente de la C.N. de Nación Andaluza.
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