El pasado 12 de febrero, dos policías españoles apalizaban a un hombre en plena calle de Linares ante la mirada asustada de su hija de 14 años. Al día siguiente, Linares sale a la calle para exigir justicia para la persona agredida y condena a los dos policías agresores. La respuesta del Ministerio del Interior del Estado español, dirigido por el gobierno del PSOE-Unidas Podemos, fue la represión policial. El resultado de la acción policial contra la población de Linares fue el ingreso en el hospital de dos jóvenes de Linares a consecuencia de las heridas producidas por los disparos con armas de fuego de los antidisturbios.
Tras la apertura de diligencias de la fiscalía, la comisaría de Jaén abre una investigación, dictaminando mediante oficio que los disparos se produjeron por “error” y que no ha sido posible encontrar una “responsabilidad individual”. Nada de ellos nos sorprende, aunque nos indigna profundamente. A los dos heridos de bala se sumaron decenas de agresores de uniforme que han golpeado a mayores, jóvenes y niñas. No es un caso aislado y para ello baste recordar otros casos recientes como la tortura de una joven en Granada en junio, los dos jóvenes fallecidos en los calabozos de Algeciras el pasado año, la muerte de Cristóbal en el calabozo de Jódar en noviembre o las denuncias por abusos que semanalmente se conocen desde todas las prisiones en Andalucía.
Que no haya responsables de los dos heridos de bala en Linares no se explica sin entender la posición de las Fuerzas de Seguridad como los encargados de “mantener a raya” al Pueblo Andaluz, incluso cuando la protesta es una reacción lógica a sus abusos. Los sucesos ocurridos manifiestan una vez más el carácter neofranquista del Estado español y sus Fuerzas de Seguridad, siempre dispuestas a agredir al Pueblo Trabajador Andaluz cuando se trata de defender los intereses de la oligarquía o cuando las andaluzas nos rebelamos ante sus abusos. Las actuaciones de las Fuerzas de Seguridad del Estado, tienen una constante: la impunidad. Y esta impunidad se hace posible por la complicidad judicial y política del Régimen del 78.
Cuando en las elecciones a la Comunidad de Madrid se habla de un “cordón sanitario” a Vox, por parte de los mismos partidos que forman el gobierno y que dirigen a la policía que en Linares y en otras poblaciones agrede a la población, se les olvida decir que el fascismo no ha llegado con Vox; que este impera desde el golpe de Estado del 36 y nunca se fue. Se quedó en las fuerzas represivas, en el ejército, en la Iglesia, en el Poder Judicial, en las grandes empresas, en los medios de comunicación… y en la mayoría de los partidos políticos del Régimen del 78.
España es un Estado irreformable donde es imposible acabar con el fascismo y con la brutalidad policial porque su pervivencia depende de la represión. Luchar contra el fascismo es luchar por la República Andaluza de Trabajadoras. Sólo la Soberanía expresada en un Estado propio dirigido por las trabajadoras nos puede garantizar una Andalucía libre de fascismo y de policía española.
El resultado de las investigaciones a raíz de los hechos de Linares nos vienen a recordar que Andalucía es una nación colonizada y el Pueblo Andaluz un pueblo sometido. Nada podemos esperar de sus instituciones. Sólo nuestra auto-organización y el ejercicio de la autodefensa andaluza pueden hacer frente a su violencia policial. Andalucía es una nación oprimida y solo el Pueblo Trabajador Andaluz organizado puede constituir un contrapoder capaz de hacer frente a las instituciones del Estado.
¡Solo el pueblo salva al pueblo!
¡Fuera Policía española de Andalucía!
Permanente de la C.N. de Nación Andaluza. Andalucía, 27 de abril de 2021.
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