“De desear es que sobre la pira de mártires andaluces, amontonados por la miseria y la tiranía política y espiritual que infligiera la dominación española durante el último lustro de siglos, caigan pronto andaluces conscientes, abrazados en el instante de la agonía a la bandera verde y blanca. De desear es que sus franjas de divinos colores sean pronto salpicadas de manchas rojizas, conveniente es que la sangre de los sacrificados, por Andalucía, venga a poner en nuestra bandera el color de rojo fuego…” (Blas Infante)
Hace 86 años en la madrugada del 10 al 11 de agosto, salía Blas Infante del cine Jauregui (actual Plaza Padre Jerónimo de Córdoba), lugar donde estaba recluido junto con otros presos políticos, camino de la Carretera de Carmona donde fue asesinado. Sus restos mortales no han sido encontrados: silencio y olvido.
Mientras que -tras la muerte del responsable último de su asesinato, el criminal Franco- la izquierda y el regionalismo a sueldo de la monarquía borbónica inventaron un Blas Infante a su medida apto para todos los gustos, que no dice nada, el Blas Infante real, el asesinado, el que reposa en una fosa común en alguna cuneta de la Carretera de Carmona, dice mucho. Sus restos nos hablan de una persona asesinada y del porqué del asesinato, eso que las fuerzas del régimen quieren olvidar.
Prefieren venerar al fetiche inventado al gusto de sus propios asesinos que al que reposa en una fosa común junto con otros muchos andaluces asesinados por los padres políticos de los que hoy gobiernan la Junta de Andalucía.
Cuatro años después de su asesinato, el franquismo lo juzgaba y lo condenaba a muerte porque “formó parte de una candidatura de tendencia revolucionaria en las elecciones de 1931 y en los años sucesivos hasta el 1936 se significó como propagandista para la constitución de un partido andalucista o regionalista andaluz”. En esa sentencia, cuatro años después de su ejecución, nos contaban el motivo de su asesinato: por andalucista revolucionario.
Frente a la situación de crisis que está empezando a padecer el Pueblo Trabajador Andaluz, con unas cifras de paro escandalosas, con unos índices de pobreza disparados, con deficiencias graves en muchos barrios andaluces donde los servicios básicos no están asegurados, con unas bases militares de la OTAN que nos implican directamente en todas las guerras imperialistas en las que participa esta organización criminal y el Estado español… solo nos queda una opción: la lucha continua contra el capitalismo que nos humilla y nos empobrece. Lucha contra el capitalismo y sus herramientas: el Estado español, la UE y la OTAN.
La salida a esta crisis capitalista y a la histórica situación colonial que Andalucía sufre desde hace más de 500 años solo podemos enfrentarla desde las posiciones revolucionarias que Blas Infante preconizó, desde el combate al Estado español hasta su destrucción, porque no es posible una Andalucía Libre coexistiendo con un Estado español enemigo de las libertades y la autodeterminación de los pueblos.
Compartimos el análisis de Lenin respecto al Estado cuando decía: “el Estado es un órgano de dominación de clase, un órgano de opresión de una clase sobre otra, es la creación del ‘orden’ que legaliza y afianza esta opresión, amortiguando los choques entre las clases”. O como decía Blas Infante: “Militares, banqueros, diplomáticos, reyes, colonialistas, antisocialistas, industriales, visiones y celos de estadistas, ¿son estos el pueblo? Estos son los individuos que personifican el Estado, los herederos del derecho divino de los reyes o colaborantes con los reyes en la participación de este derecho. Estos individuos, excitados sus instintos de vanidad y rapacidad, han llevado a los pueblos a la guerra ofrendando a sus apetitos millones de vidas humanas. Porque los estados son ellos, o los políticos que ponen como agentes”.
A Blas Infante, la lucha contra el Estado español y el capital le costó la vida. Su sangre salpicó de manchas rojizas la bandera blanca y verde, simbolizadas en la estrella roja del internacionalismo proletario, insertada en la arbonaida independentista.
El futuro será de lucha y sacrificio y el camino lo marcó Blas Infante.: “Hay dos especies de comunistas. La de aquellos que aspiran, mediante el esfuerzo propio, a engrandecer su vida para darla a toda la comunidad: y la de aquellos que esperan en que una colectividad, formalmente comunista, venga a satisfacer las exigencias de su propia vida individual, dispensándoles y redimiéndoles del dolor que partea el esfuerzo creador… Somos o aspiramos a ser comunistas de la primera especie”.
¡Viva Blas Infante!
¡Viva Andalucía independiente, socialista y feminista!
Permanente de la Comisión Nacional de Nación Andaluza.
Andalucía, a 9 de agosto de 2022.
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