domingo, 5 de enero de 2025

Declaración de la Coordinación «Detener la Tercera Guerra Mundial » (STOPWW3) después de la victoria de Trump

 El imperialismo estadounidense fue y sigue siendo el principal enemigo

Publicamos la declaración de la Coordinación “Detener la Tercera Guerra Mundial” (STOPWW3) de la que forma parte Nación Andaluza. La declaración fue redactada inmediatamente después de la victoria electoral de Donald Trump el 5 de noviembre. Después de un intenso debate, finalmente fue aprobada el 29 de diciembre. Trump asumirá el cargo de presidente el próximo 20 de enero. Las declaraciones que hizo después de la victoria electoral parecen confirmar nuestro análisis.

(1) El mundo ha entrado en un período de inestabilidad y de grandes turbulencias. El impulso propulsor de la globalización liderada por Estados Unidos ha llegado a su fin. Debido a sus disposiciones liberales y a la arrogancia imperialista yanqui, la globalización ha acentuado las desigualdades sociales internas en todos los países, los desequilibrios económicos y geopolíticos y el saqueo, en detrimento de los países pobres. Las próximas décadas decidirán el orden del mundo: ¿tendremos una nueva globalización y de qué tipo será?, ¿será policéntrica u otra potencia ocupará el lugar de Estados Unidos? O, por el contrario, ¿los Estados nacionales recuperarán el control eligiendo el camino del proteccionismo y la autosuficiencia económica? Cuando están en juego un nuevo orden mundial y una nueva jerarquía de poderes, el recurso a la guerra se hace inevitable. Si los pueblos y las clases oprimidas permanecen de rodillas, si la resistencia antiimperialista no logra victorias en el terreno, el futuro del mundo se decidirá en lo que hemos llamado la Tercera Guerra Mundial Prolongada.

(2) La venganza disruptiva de Donald Trump sólo puede explicarse en este contexto, y como resultado de las luchas internas que desgarran tanto a la sociedad estadounidense como a sus élites oligárquicas. La fracción trumpista, si bien tiene en cuenta la naturaleza heterogénea de su base social, se presenta como un movimiento revanchista. La tarea que se propone es la defensa de la supremacía mundial de los Estados Unidos (MAGA). Ideológicamente, además de los rasgos racistas y misóginos, su base ideológica principal
es un mesianismo cristiano-sionista por el cual, si la supremacía mundial de los Estados Unidos fracasara, se produciría el fin del mundo. Lo que en realidad ocurriría, si Estados Unidos se viera privado de su posición parasitaria de dominio, es que este se hundiría, si no en una guerra civil, en una inexorable crisis existencial.

3) La idea de llegar a un acuerdo con la Rusia de Putin no debe inducir a error. No se trata del nuevo Yalta imposible que tiene en mente la fracción trumpista. La neutralización del conflicto con Rusia, que la administración Biden ha llevado a su punto más alto, es una estrategia peligrosa para domesticar a Moscú y desvincularla de Pekín, para luego concentrar y apuntar todas las fuerzas en la confrontación con China, el único rival que puede competir con Estados Unidos por la supremacía mundial. No hay, pues, lugar para las ilusiones: con Trump no se vislumbra la paz en el horizonte, sino una guerra sólo que maniobrada y librada de otra manera: los palestinos, así como las diversas naciones antiimperialistas, lo saben bien.

(4) No podemos, pues, alegrarnos de la victoria de Trump, pero ciertamente no lamentamos la derrota política de la fracción demócrata de la élite yanqui. Más bien, nos alegramos por una razón fundamental: cuando la discordia y la autocontención prevalecen en el campo enemigo, eso es bueno en el campo de los amigos, en el campo de las naciones oprimidas y rebeldes. Por lo tanto, también es bueno para los países que forman parte de la aún desunida coalición BRICS, ya que cualquier parálisis, por momentánea que sea, de la máquina imperial estadounidense hace menos complicada su batalla para acabar con el poder abrumador del dólar y sentar las bases de un orden multilateral. Es bien sabido que Trump considera con razón el fenómeno BRICS como un peligro execrable para la hegemonía estadounidense, y no hay duda de que tratará por todos los medios de sembrar la discordia y dividirlos para luego atacar a China. Por último, hay una última razón por la que la victoria de Trump fuera el menor de los males: causó estragos en Europa, acentuando los movimientos hacia la desintegración de la Unión Europea, una desintegración que asestaría un golpe letal a la “eurocracia” y al poder del imperio estadounidense, dando nuevo oxígeno vital a las fuerzas revolucionarias europeas.

(5) Detener la Tercera Guerra Mundial – Iniciativa Internacional por la Paz reitera su llamado a apoyar a quienes luchan contra el imperialismo, el colonialismo y el sionismo. Debemos redoblar nuestros esfuerzos para asegurar la paz con Rusia y China, especialmente cuando la posibilidad de una conflagración nuclear se hace cada vez más posible con cada escalada occidental. Nuestro trabajo por la paz y la justicia no es ni criminal ni traidor. Sólo un movimiento de masas unido puede enfrentar la opresión en nuestros países y las guerras en el extranjero. Llamamos a todas las fuerzas a unirse a nosotros en esta tarea.

Detener la Tercera Guerra Mundial – Iniciativa Internacional por la Paz
29 de diciembre de 2024.

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