Para la militancia de Nación Andaluza el 8 de marzo ha de ser un día de lucha por la mujer trabajadora andaluza y por todas las mujeres obreras del mundo. Fue durante el II Encuentro Internacional de Mujeres Socialistas de 1910, celebrado en Copenhague, cuando las revolucionarias Clara Zetkin y Kathy Duncker presentaron la propuesta de conmemorar un Día Internacional de la Mujer, aprobándose por unanimidad. Desde entonces, a pesar de ciertos avances, la situación de la mujer trabajadora andaluza sigue siendo mucho peor que la del resto de mujeres en el Estado, fruto de nuestra triple opresión como mujeres, como trabajadoras y como andaluzas.
Las cifras son reveladoras. El paro femenino en Andalucía alcanza el 25.4 %, o sea, 7.5 puntos más que el masculino en nuestro país y 9.1 más que el paro femenino estatal. La brecha salarial en Andalucía se sitúa en 5.875 euros. Las mujeres ocupamos estadísticamente los escalones más bajos del sistema productivo. El trabajo de la mujer andaluza se concentra en el sector servicios, con un 89,6% del empleo, y de ese porcentaje la mayoría pertenece al sector privado, con una alta temporalidad y parcialidad. Es en estos sectores laborales y en las tareas menos remuneradas donde las privatizaciones que se han llevando a cabo en el sector público han producido un descenso brutal en la estabilidad laboral, en los salarios y en las condiciones de trabajo. Esta realidad se agrava en el medio rural andaluz, donde se ha acentuado la situación estructural de desempleo femenino, la falta de alternativas laborales para las mujeres jóvenes y la precariedad de las jornaleras del campo, que siguen sufriendo criterios de contratación machistas que las expulsan del tajo cuando reclaman igualdad salarial con los varones. A ello se suma la situación de las jornaleras de la fresa de otros países contratadas en origen, que soportan cada día, además del machismo estructural, el racismo como forma de justificar su sobre-explotación en el campo andaluz. Las denuncias de abusos laborales y sexuales por parte de las trabajadoras de origen marroquí en la campaña de la fresa de Huelva dejan claro que nuestra lucha ha de ser feminista, antirracista y anticapitalista a partes iguales si queremos acabar con este sistema que nos ahoga y esclaviza.
La aparición del nuevo gobierno andaluz no solo no va a mejorar nada en este sentido, sino que amenaza con llevarnos a perder los derechos adquiridos en las últimas décadas. La ultraderecha ve como un problema y una amenaza a su proyecto chovinista español, neoliberal, machista y patriarcal la creciente organización del movimiento feminista andaluz y va a poner en marcha todas las herramientas posibles para reprimirlo.
Este constante retroceso solo podremos pararlo con la lucha por una Andalucía donde quienes decidan sean el Pueblo Trabajador Andaluz y sus mujeres, que representamos más de la mitad de la población. No habrá una Andalucía libre sin la liberación de la mujer andaluza. En la lucha contra nuestra triple opresión como mujeres, como trabajadoras y como andaluzas consideramos que la huelga feminista del 8 de Marzo supone un instrumento de movilización y concienciación imprescindible en el camino hacia el fin del patriarcado.
Por todo ello, Nación Andaluza -organización independentista, socialista y feminista- se une a la convocatoria de huelga feminista internacional del 8M para denunciar la lacra del patriarcado y visibilizar la situación de opresión de la mujer en Andalucía y en el mundo. Llamamos a nuestra militancia, mujeres y también hombres, a parar el 8M contra el patriarcado y a sumarse a las movilizaciones que el movimiento feminista andaluz convoca en toda la nación ¡Andaluzas levantaos!
¡Por un feminismo andaluz, de clase y combativo!
¡Por una Andalucía independiente, feminista y socialista!
Permanente de la C.N. de Nación Andaluza.
Granada, 6 de marzo de 2019.
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