Un 11 de enero de 1933, el gobierno de la República española, al igual que el resto de gobiernos anteriores: monarquías, dictaduras, repúblicas… dejaba bien clara su relación con Andalucía y su clase trabajadora: represión ante cualquier intento de la clase trabajadora andaluza de solucionar el histórico problema de la propiedad de la tierra. La ineficaz reforma agraria del gobierno republicano-socialista de Manuel Azaña llevó a un grupo de jornaleros de Casa Viejas (Cádiz) a ocupar las tierras y las instituciones de la localidad y declarar el “comunismo libertario”. Armados de palos, azadas y viejas escopetas de caza declararon la abolición de la propiedad privada y la propiedad comunal de las tierras.
Como siempre que Andalucía se ha levantado, el Estado español busca la ejemplaridad, el escarmiento y la venganza. Al día siguiente 12 de enero, el ministro de Gobernación Casares Quiroga envía a Casas Viejas más de un centenar de guardias civiles y guardias de asalto que persiguieron a los jornaleros sublevados. Tras su huida por los montes adyacentes, fueron apresados y ajusticiados hasta completar el escarmiento y la venganza. El líder jornalero Seisdedos, junto con cinco compañeros más, fueron asesinados por las fuerzas de represión republicanas junto a la cabaña de éste. Catorce jornaleros más, fueron fusilados a las puertas de sus viviendas en presencia de toda la población de Casas Viejas, en un claro acto de escarnio público. Ejecuciones de jornaleros desarmados sin juicio y sin posibilidad de defensa.
Desde el primer momento, el andalucismo revolucionario de Blas Infante quedó impactado por el suceso como demuestra la visita que pocos días más tarde haría junto a su amigo el médico y líder anarquista Pedro Vallina, al lugar de los hechos. Empatía, complicidad y solidaridad con los jornaleros asesinados fue lo que encontraron en el andalucismo revolucionario y por eso el 11 de enero es para nosotras el día de la Clase Trabajadora Andaluza.
89 años más tarde las reacciones del Estado español y sus fuerzas represivas ante las reclamaciones de la clase trabajadora andaluza no han cambiado: ejemplaridad, escarmiento y venganza. Lo vimos en las manifestaciones por la huelga del metal en Cádiz hace unas semanas, cuando las trabajadoras desbordaron los márgenes establecidos por el gobierno del PSOE-UP y llevaron las movilizaciones a las calles, implicando a toda la población gaditana. La respuesta fue la represión policial, tanqueta incluida, y la posterior represión judicial. Una “redada” policial “casa por casa” concluyó con la detención y puesta a disposición judicial de 6 trabajadoras por su participación en las movilizaciones.
La historia, la de ayer y la de hoy, debe servirnos para no olvidar quienes son nuestros enemigos como clase y como pueblo, para ser conscientes de las tácticas y estrategias aplicadas por la burguesía para el control y el sometimiento de la clase trabajadora andaluza, para redoblar el compromiso con nuestra clase y con nuestro pueblo y sacar conclusiones de cada una de las luchas.
Y como conclusiones, vemos:
– La continuidad histórica de la represión sobre la clase trabajadora andaluza cada vez que exigimos nuestros derechos o unas condiciones de vida digna.
– Que la represión y explotación de la clase trabajadora andaluza y de sus recursos naturales no cambia, independientemente del modelo político del Estado español: monarquía, dictadura, república, democracia parlamentaria…
– Que la situación colonial que sufre Andalucía y su falta de soberanía para decidir sobre las cuestiones que afectan a su clase trabajadora, determinan las relaciones de explotación que sufrimos las trabajadoras andaluzas.
– Que nada podemos esperar de los gobiernos progresistas estatales. Tanto hoy con el gobierno de Pedro Sánchez como ayer con el de Manuel Azaña, los gobiernos progresistas se han comportado como diques de contención de las arremetidas de la clase trabajadora en beneficio de la burguesía.
– Que tanto los partidos progresistas estatales (PSOE, Unidas Podemos y PCE) como los sindicatos del Régimen (CCOO y UGT), etc, son instrumentos de la burguesía para frenar la lucha de la clase trabajadora, desviarla de sus objetivos y dirigirla hacia posicionamientos que no pongan en peligro los intereses de la burguesía.
Hoy, 11 de enero, día de la Clase Trabajadora Andaluza, queremos enlazar el recuerdo de los asesinatos de jornaleros en Casas Viejas con las actuales luchas de las trabajadoras andaluzas, y es por ello, que hacemos un llamamiento a participar en la manifestación convocada en Cádiz el próximo día 15 de enero al mediodía contra la represión de los trabajadores gaditanos investigados y procesados por la lucha por el convenio del pasado mes de noviembre.
¡Viva la clase obrera andaluza!
¡Solidaridad con el proletariado gaditano del metal!
Permanente de la C.N. de Nación Andaluza.
Andalucía, 11 de enero de 2022.
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