“Es la hora de comenzar la lucha andaluza de liberación”
Hace treinta y tres años, un 4 de Diciembre de 1977, tras siglos de guerra, ocupación, represión y alienación, y tras la larga noche del fascismo, a la primera oportunidad que les fue brindada, más de un millón y medio de andaluces inundaron las calles de las distintas poblaciones del país en un espontáneo despertar de autorreconocimiento como pueblo, de nuestro orgullo de ser andaluces, y en un ejercicio colectivo de dignidad y lucha. Millones de puños se levantaron ese día en exigencia de nuestros derechos nacionales y sociales. Millones de bocas exclamaron a favor de nuestra libertad. De la devolución y la posesión de nuestra capacidad de ser nuestros propios dueños. Todo ello se resumía en una misma palabra y reivindicación: autogobierno.
Los políticos e intelectuales al servicio del sistema capitalista y el estatalismo españolista, embaucaron a nuestro pueblo haciéndenle creer que el mantenimiento de las instituciones franquistas, revestidas de meros cambios formales, suponía una democracia real, y que una mera descentralización era equiparable a un autogobierno efectivo. Así dio comienzo la más reciente historia de nuestra nación: la de la Andalucía monárquico-constitucional y estatutaria. Pero tras más de tres décadas de “autonomía de primera”, dos estatutos y varias “modernizaciones”, en lo esencial estamos donde estábamos. Tanto entonces como ahora siempre hemos ocupado los últimos puestos en todos los índices estadísticos estatales de prosperidad y bienestar. Solo somos los primeros en paro, carencias, falta de oportunidades y perspectivas.
Esta situación de Andalucía no es casual o coyuntural, sino estructural y permanente. No es consecuencia de quién dirige, las leyes que rigen, el “grado de competencias” o la cantidad presupuestaria manejada por nuestros gobernantes. En realidad constituye la lógica consecuencia de dos hechos fundamentales; por un lado el de ser una nación ocupada, esquilmada y sojuzgada, y por otro al del papel asignado por el imperialismo español a nuestro país como colonia interior estatal. En estas dos circunstancias está el origen de nuestras problemáticas, pasadas y presentes. Sin su erradicación, sin acabar con esos porqués, permaneciendo en la dependencia política y económica, careciendo de libertad colectiva y capacidad de decisión exclusiva sobre nosotros y nuestra tierra, sin un poder popular andaluz, sin soberanía, nada cambiará. No habrá nación ni pueblo. No habrá futuro para las clases populares andaluzas.
Ahora más que nunca, en el contexto de la crisis provocada por el capital especulativo, aprovechada por el capitalismo español e internacional para acentuar sus políticas neoliberales y de retroceso de los ya de por sí escasos derechos y libertades ahora existentes, la posesión y el ejercicio de su soberanía por parte del Pueblo Trabajador Andaluz se revela como el único instrumento con el que este puede contar para dar un cambio radical a su situación. La lucha por nuestra libertad, por nuestra soberanía, no puede entenderse como un elemento de combate más, desdeñable o secundario, sino que debe primar sobre cualquier otro, pues están en relación de dependencia con ella.
La lucha soberanista debe constituirse en el eje vertebrador sobe el que hacer girar toda política revolucionaria en nuestra tierra. En Andalucía no puede haber lucha democrática, antifascista, anticapitalista, antiimperialista, internacionalista o socialista, sin lucha soberanista. Cualquier otro objetivo pasa y se asienta sobre la previa recuperación de nuestra libertad colectiva. Por ello, en nuestro Día Nacional, Nación Andaluza reitera nuevamente su llamamiento a las organizaciones políticas y sociales de la izquierda nacional andaluza, a la responsabilidad ante los difíciles momentos por los que atraviesa nuestro pueblo. A anteponer los intereses populares y la coherencia ideológica, trabajando en la concreción y conformación de una unidad de acción de la izquierda soberanista en torno a cuatro objetivos básicos: la superación del marco continuista constitucional y autonómico, la ruptura democrática con el neofranquismo, el reconocimiento de nuestra nación y la completa e incondicional devolución de su soberanía a nuestro pueblo. Es la hora de comenzar la lucha andaluza de liberación. De avanzar hacia nuestra república, la República Andaluza de Trabajadores.
¡Por la liberación del Pueblo Trabajador Andaluz!
¡Por la República Andaluza de Trabajadores!
¡Por la independencia y el socialismo!
¡Por la República Andaluza de Trabajadores!
¡Por la independencia y el socialismo!
Nación Andaluza – Comisión Permanente
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