domingo, 15 de mayo de 2011

LOS INCONVENIENTES DEL CARRIL-BICI EN EL CAMINO DE RONDA

Biciescuela nos ha hecho llegar, mediante un vídeo explicativo que reproducimos a continuación, los inconvenientes del carril-bici en ejecución del Camino de Ronda (Granada):


La implantación del metro en Granada lleva aparejada la remodelación del Camino de Ronda, en la cual se está incluyendo una vía ciclista segregada del tráfico que sigue el modelo de Sevilla:
  • sobre la acera (acera-bici)
  • bidireccional
  • de 2 metros de ancho (1 m. por sentido).

Debido a las propias características de esta vía encontramos numerosos puntos negros en, tan solo, los 50 metros de trayecto totalmente finalizado. La experiencia demuestra que esta infraestructura no solo no evita los accidentes, sino que genera anomalías, molestias y peligros que se agravan si aumenta la densidad de ciclistas circulando por la vía o si circulan a una velocidad mayor de 5 Km/h:
  • permite que el resto de vehículos adelanten a los ciclistas a 40 cm de distancia lateral (muy inferior a los 1.5 metros recomendables a 50 Km/h).
  • reduce la visibilidad con el mobiliario urbano.
  • impide esquivar peatones y adelantar a otros ciclistas de forma óptima.
  • mantiene una distancia lateral insuficiente con el mobiliario urbano.
  • tiene los giros con un radio de curvatura muy reducido.
  • ofrece un trayecto tortuoso.
  • guarda una distancia lateral insuficiente con los peatones.
  • obstaculiza el tránsito peatonal.
  • invade zonas de aglomeración peatonal.

Es inmoral lanzar a los ciclistas novatos a una situación peligrosa transmitiéndoles la ilusión de seguridad. Advertimos que esta vía puede provocar fácilmente accidentes que podrían llegar a ser mortales o de graves consecuencias (tal y como está sucediendo cotidianamente en las ciudades españolas que han apostado por este tipo de políticas) cuya responsabilidad será del Ayuntamiento de Granada, quien ha aprobado su construcción.

Promocionar la circulación en bicicleta mediante esta infraestructura significa, además, destruir su atractivo como medio eficaz de transporte, ya que nos prohíbe circular por la calzada (artículo 36.1 del Reglamento General de Circulación), donde realizamos nuestro trayecto de forma rápida, confortable y en igualdad de condiciones que el resto de vehículos.

Otra de las consecuencias de los carriles-bici urbanos es que fomentan la circulación ciclista invadiendo las aceras, creando molestias a los peatones y destruyendo nuestra valiosa cultura peatonal. Al finalizar el carril-bici o al abandonar su trayecto para escoger otro itinerario (incluso al circular por calles de velocidad limitada a 30 Km/h) los ciclistas siguen sin saber cómo ser autónomos para conducir su vehículo. Por lo tanto, optan por circular por las aceras

Por todo ello, se hace necesario que el Ayuntamiento descarte la construcción de esta vía ciclista y recupere como espacio peatonal los 18 km de carril-bici urbano existentes (que cuentan con 146 puntos negros, por el módico precio de más de 2 millones de euros). Así mismo, que sustituya esta política conflictiva, obsoleta y costosa por otra que contemple como puntos básicos los señalados en nuestra propuesta de Plan Metropolitano de la Bicicleta:

  • formación ciclista con el objetivo de logar conductores autónomos en cualquier tipo de calle, orientado para adultos y alumnos de secundaria.
  • itinerarios metropolitanos dotando de accesibilidad hacia los pueblos del cinturón, adecuando los caminos rurales y los arcenes de las carreteras existentes.
  • medidas contra el robo de bicicletas mediante aparcamientos seguros.

No necesitamos una red ciclista urbana, porque la verdadera red es la red viaria, que en esta ciudad presenta unas condiciones óptimas para circular en bicicleta. Somos parte del tráfico, conducimos un vehículo y no conseguirán expulsarnos de la calzada.

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