Tomado de la web La Otra Andalucía
La Fundación Granada Histórica y Cultural, ha solicitado formalmente que se declare la Fiesta y el Ceremonial de la celebración de la “la Toma”, como Bien de Interés Cultural (BIC) por parte de la Junta, y su inclusión en la lista de Patrimonio Mundial Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO.
La solicitud la han presentado en la Delegación del Gobierno de la Junta, dirigida a la Consejería de Cultura. Hace unos meses ya solicitaron al Secretario General de Políticas Culturales, con el apoyo del gobierno municipal, que la Dirección General de Bienes Culturales incoase definitivamente el expediente de catalogación, y la inscripción de la celebración de la Toma y su antiquísimo ceremonial, en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz. La petición ha sido presentada en rueda de prensa, junto al concejal de cultura del ayuntamiento granadino, Juan García Montero, como muestra pública de respaldo a la iniciativa por parte del gobierno local.
El presidente de la asociación, Cesar Girón, justifica la petición afirmando que la celebración constituye un “excepcional elemento integrante del patrimonio cultural inmaterial de Granada y España”. O sea, que para ellos el que a decenas de miles de granadinos se les despojara de sus bienes y haciendas, se les persiguiese, encarcelase, torturase e incluso se les asesinase, forma parte del patrimonio cultural de Granada. Pero no contentos con ello, en su delirio reaccionario españolista, llegan a manifestar que esta festividad fascista, racista y xenófoba “conmemora un acontecimiento decisivo para la humanidad y la historia universal”.
Con todo, lo más repugnante de sus argumentaciones se encuentra en el cinismo de considerar paradójico que la Consejería de Cultura haya impulsado e inscrito en el Listado de Patrimonio Mundial de la Unesco, con la categoría Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, las pandas de verdales o el mollete de Antequera, y que sin embargo no lo hayan hecho hasta ahora con respecto a “la Toma”. Comparar los verdiales y el mollete con la celebración y rememoración de actos de genocidio, robo institucionalizado y terrorismo de Estado, no puede ser simplemente calificable de irracional o demagógico, tan siquiera de mal chiste o locura, puesto que enaltecer acontecimientos como estos entra dentro de la catalogación de la apología de crímenes contra la Humanidad.
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