Llegamos a este 1º de Mayo en una situación de retroceso de las luchas sindicales, con una clase trabajadora andaluza que en su mayoría ha aceptado como irreversibles las consecuencias de la crisis del 2008 y las reformas laborales y legislativas que aseguran los beneficios y privilegios de las burguesías del Estado español: contratos basura, temporalidad, infrasalarios, paro, abaratamiento del despido, desmantelamiento de los servicios públicos, desindustrialización… Con una juventud andaluza que solo ve salida en la emigración o en el alistamiento a las Fuerzas de Seguridad del Estado; unas jubilaciones que no llegan a los mínimos ingresos de subsistencia, con un mayor exclusión femenina de los mercados laborales. A esta situación de la clase obrera andaluza, hay que añadir la situación de las trabajadoras recién llegadas a Andalucía, trabajando en muchos casos sin contratos por un salario de miseria, viviendo en infraviviendas y chabolas. La contratación en origen constituye un verdadero mercado de esclavas, donde a los salarios de miseria hay que añadir la situación de semiesclavitud y la ausencia de derechos laborales y civiles al regirse sus contratos por la legislación del país de origen.
El repunte de la nueva crisis capitalista que se avecina nos va a traer nuevos recortes económicos y de derechos a la clase trabajadora -para que el gran capital español y multinacional pueda mantener la tasa de beneficios actual- que profundizará nuestro subdesarrollo relativo. La división internacional del trabajo castiga a la clase obrera andaluza en nuestro papel de mano de obra precaria, ejército de reserva para las zonas industrializadas del norte, carne de cañón para sus FSE… Mientras nuestro futuro lo decide la oligarquía en Madrid, Bruselas o Washington al capital le sobran 830.000 trabajadoras andaluzas, por ahora. La reciente EPA de marzo de este año muestra como el diferencial en la tasa de desempleo entre Andalucía y el Estado es de casi el 50% más. Y como uno de cada cuatra trabajadoras en paro en el Estado español es andaluza, siendo nuestra población tan solo el 18% de la estatal.
Este 1º de mayo está inmerso en la resaca de las elecciones a las Cortes españolas, sin que se vislumbre ninguna posibilidad de cambio a través de los procesos electorales. Como siempre, ganará el capital, ya que todos los partidos promocionados por los medios de comunicación y financiados con dinero público en unos casos, y privado en otros, son partidos que aceptan el marco político, jurídico y económico surgido de la reconversión del franquismo en “democracia”, es decir, todos son partícipes del Régimen del 78, sin que ninguno cuestione el sistema capitalista, la unidad del Estado, la monarquía, la constitución del 78, la pertenencia a la UE o a la OTAN.
La clase trabajadora está padeciendo las guerras imperialistas que tienen por objetivo la rapiña de los recursos naturales de los pueblos agredidos y el posicionamiento estratégico para el control de amplios territorios. Las recientes guerras imperialistas y el boicot económico al que se ha sometido a los pueblos de Cuba y Venezuela han provocado el sufrimiento y muerte de miles de personas de clase trabajadora y nos muestran hasta donde está dispuestas a llegar las oligarquías persiguiendo aumentar sus beneficios y afirmar el control geopolítico del mundo.
La lucha por la soberanía nacional y popular andaluza, el ser dueñas de nuestro trabajo, nuestro país y sus recursos, no se reduce a una simple cuestión política o de principios. Es la única alternativa objetiva a la hora de pretender una transformación definitiva y radical de la realidad. La lucha de liberación nacional es, ante todo, una batalla por la erradicación de los basamentos neocoloniales en que se originan las problemáticas de nuestra tierra y que repercuten sustancialmente en las condiciones de vida de las trabajadoras andaluzas. Las reivindicaciones nacionales, sociales y feministas -la luchas independentista, de clase y feminista- son tres facetas de una única y misma meta finalista libertadora para nuestra clase obrera.
Por estos motivos, desde NACIÓN ANDALUZA hacemos un llamamiento a la clase trabajadora andaluza a movilizarse, a hacer frente a los abusos empresariales, a salir a las calles a denunciar a los partidos que son incapaces de revertir las leyes que lesionan los derechos del pueblo trabajador, a organizarse en torno a partidos y sindicatos de clase, a desobedecer las leyes impuestas por un Estado que representa los intereses del Ibex 35 y la banca, a luchar por unos salarios y unas pensiones dignas, a no permitir nuevos recortes de servicios públicos ni nuevas privatizaciones. Invitamos a la clase trabajadora andaluza a luchar por derribar este sistema económico y político que nos condena a la miseria y la dependencia. Los causantes de la situación del Pueblo Trabajador Andaluz son los gobiernos español y europeo. Nuestra única salida es la rebelión contra el papel de colonia interior que nos imponen y que los sindicatos y partidos del sistema refuerzan diariamente. Solo desde la independencia nacional de Andalucía, la soberanía económica de la clase trabajadora andaluza podremos solucionar los grandes retos que la crisis del capital nos pone sobre el horizonte.
¡Viva la lucha de la clase obrera!
¡Por una Andalucía socialista, independiente y feminista!
Permanente de la C.N. de Nación Andaluza.
Andalucía, 28 de abril de 2019.
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