Este 4D, día nacional de Andalucía, las andaluzas y andaluces de la izquierda independentista volveremos al lugar donde fue asesinado, por la policía española, Manuel José García Caparros el 4 de diciembre de 1977 cuando Andalucía salió a las calles de ciudades y pueblos a exigir los derechos nacionales usurpados desde la conquista castellana: la autonomía, entendida como el autogobierno, como la soberanía política que nos daría el derecho a decidir sobre todos los aspectos fundamentales de nuestra existencia.
Pero esa esperanza poco duró: la falta de organización del pueblo trabajador andaluz posibilitó que una alianza entre la burguesía colaboracionista y los sectores reformistas ya articulados en el seno del movimiento obrero y popular andaluz secuestraran la movilización popular para encauzarla a través de la vía institucional. El pueblo andaluz fue sustituído como protagonista del proceso para ponerse al frente las fuerzas del Régimen, disfrazadas de andalucistas -y hasta revolucionarias- para desactivar la poderosa movilización y dar continuidad a la dependencia política y económica, creando unas instituciones estatutarias vacías de contenido, de competencias y de proyecto soberano; convertidas en meras sucursales de los intereses de las oligarquías estatalistas en Andalucía a la manera de los virreinatos de coloniales castellanos.
De la represión y el asesinato se pasó a la manipulación. Un año más tarde todas las organizaciones políticas con objetivos electorales e institucionales se reunieron en Antequera, en lo que llamaron el Pacto de Antequera y acordaron desmovilizar al Pueblo Trabajador Andaluz e iniciar el camino para concluir el encaje de Andalucía en el Estado español, aceptando un Estatuto sin competencias que fagocitara la soberanía popular, reducida a un simple voto en un referéndum cuyo final ya estaba decidido en los Pactos de Antequera. El 28 de febrero de 1980 -con su correlato lógico en el referéndum del 20 de octubre de 1981 sobre el primer Estatuto- la oligarquía festejó los resultados con la mirada puesta en el cierre y clausura del movimiento popular que se inició el 4 de diciembre y que puso en jaque los planes del franquismo, la socialdemocracia y las burguesías regionalistas de Euskal Herria y Catalunya.
En Andalucía, de la represión siempre hemos pasado a la manipulación y al engaño. En la reciente huelga del metal en Cádiz hemos comprobado lo que ocurre cuando la izquierda del Régimen política o sindical estatalista se sitúa a la cabeza de las movilizaciones de la clase obrera andaluza: desmovilización y pactos regresivos con la burguesía que sólo pueden llevarnos a la desorientación si no nos nos organizamos como Pueblo Trabajador Andaluz. Son esas armas y no las tanquetas de la policía española a las que tenemos que temer.
Por estos motivos, desde Nación Andaluza este 4D no celebramos nada, porque nada hemos ganado en estos doce meses. Este 4 de diciembre no es un día para festejar, sino para luchar por la misma aspiración que expresaron en las calles y frente al franquismo después de muerto Franco más de dos millones de andaluzas: la conquista de la soberanía. Una soberanía que tiene irremediablemente que pasar por la construcción de un Estado propio que garantice la independencia política de la clase trabajadora andaluza: una República Andaluza de Trabajadoras.
Por todo ello llamamos a nuestra militancia, adheridas y simpatizantes a participar en las dos movilizaciones que por este 4D que organiza Nación Andaluza junto con otros colectivos. La primera por la mañana en Granada para conmemorar el centenario de la publicación de la obra de Blas Infante “La Dictadura Pedagógica”, texto fundamental para comprender el andalucismo revolucionario de Blas Infante. La segunda por la tarde en Málaga, en la esquina en la que mataron a Manuel José García Caparrós, para recordar con él a todas las andaluzas y andaluces que han caído en la defensa de una Andalucía libre para la clase obrera.
¡Por la República Andaluza de Trabajadoras!
Permanente de la C.N. de Nación Andaluza.
Andalucía, 2 de diciembre de 2021.
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