Hoy 21 de julio se cumplen 152 años de la firma del Manifiesto de los Federales Andaluces que proclamaba la independencia del Estado Andaluz en plena revolución cantonal andaluza, en 1873. Esta fecha pone de nuevo sobre la mesa la constante lucha del Pueblo Trabajador Andaluz por su liberación.
En más de 500 años de pertenencia al Estado español no se ha conseguido ningún avance en el camino de la soberanía y del autogobierno. Este Estado que se sustenta sobre la violencia de la burguesía y la corrupción de sus políticos a sueldo nada tiene que ofrecernos. Nada podemos esperar de él.
Nación Andaluza, como parte de la clase obrera organizada, es continuadora en este siglo XXI de las luchas de liberación que de forma ininterrumpida hemos librado desde nuestra conquista.
Esta lucha por la liberación tuvo especial relevancia durante todo el siglo XIX, en un contexto mundial de capitalismo ascendente en el que nuestro país sufrió una primera industrialización para ser luego desindustrializada por el Estado español. La necesidad de reformas sociales y económicas, llevó a los Federales andaluces a luchar contra el centralismo y por la soberanía política y económica del pueblo andaluz. Una lucha que culminaría en la insurrección cantonal andaluza contra la I República española.

El 30 de junio de 1873, los Federalistas andaluces toman el ayuntamiento de Sevilla proclamando la República Social. El 18 de julio del mismo año, la ciudad de Sevilla declara el Cantón Federal, libre e independiente. Seguidamente, otras ciudades andaluzas proclamarían sus cantones: Cádiz, Córdoba, Granada, Almería, Alhama, Bailén, Andújar, Loja, Motril, Utrera, Écija, Jerez, Sanlúcar, Algeciras, Tarifa, Adra, etc. Todos los cantones izaron en sus ayuntamientos la bandera roja de la revolución social y nombraron “comités de salud pública” a imitación de la Comuna de París, proclamada sólo dos años antes.
El 21 de julio de 1873 los representantes de los cantones proclaman en Sierra Morena la Independencia política y económica del Estado andaluz a través de un manifiesto que dice:
En Despeñaperros, histórico e inexpugnable baluarte de la libertad, se enarboló ayer, por las fuerzas federales que mandan los que suscriben, la bandera de Independencia del Estado andaluz. Terminemos pues, nuestra obra. Completemos la regeneración social y política de esta tierra clásica de la libertad y de la independencia (…) Formemos nuestro ejército federal, constituyamos nuestros Cantones, elijamos nuestra asamblea (…) No reconozcamos otra autoridad que la de nuestros cantones. (…) todos tenemos el mismo pensamiento, tengamos todos el mismo corazón. ¡Salvémonos o muramos juntos! ¡Viva la soberanía administrativa y económica del Estado de Andalucía!
Ante esta declaración de independencia la reacción del Estado español no se hizo esperar. Miles de andaluzas fueron represaliadas por el ejército y sus tribunales. Es la única forma que el Estado español utiliza en respuesta a las ansias de libertad del pueblo andaluz, como hemos podido ver en la reciente “huelga del Metal” de Cádiz fruto de la cual ya hay 24 trabajadores procesados.
Los principios de soberanía e independencia habían calado entonces y fruto de esa praxis revolucionaria diez años después, en 1883, los Federales andaluces elaboran la “Constitución andaluza”, aprobada en la ciudad de Antequera y cuyo título I, como continuación de la declaración de independencia de 1873, dice:
Andalucía es soberana y autónoma; se organiza en una democracia republicana representativa, y no recibe su poder de ninguna autoridad exterior al de las autonomías cantonales que le instituyen por este acto.
Algunos años después, Blas Infante se declaró heredero y continuador de los mismos postulados. Por eso en 1919 la revista Andalucía, editada por los Centros Andaluces de Infante, se hacía eco del fervor con el que el pueblo gritaba un viva a la “Independencia de Andalucía” con motivo de la liberación de Eugenio García, andalucista revolucionario confinado a Valdepeñas de Jaén por su implicación en la lucha obrera en Córdoba.
Frente la violencia del estado burgués y al hedor a podrido que la política institucional solo nos queda luchar por una República Andaluza de Trabajadoras. Por eso hoy, al igual que en el 1873, repetimos el grito del andalucismo revolucionario.
¡Viva la independencia de Andalucía!
Secretariado Permanente de la Comisión Nacional de Nación Andaluza.
Andalucía, 21 de julio de 2025.
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